Vaya pues esta vez si que he estado perezoso a la hora de escribir sobre mi último viaje a Francia por que fue por el mes de enero y ya estamos casi en marzo, demasiadas emociones estas últimas semanas O.O Bueno, contaros que ha sido uno de mis mejores viajes. Llegué a Marsella con Ryanair, ya sabeis os poneis tapones y así no teneis que escuchar la matraca de las azafatas. Al llegar hay un bus que lleva hasta la estación de trenes, en el centro, es muy sencillo. En el aeropuerto marsellés son más bordes que en Barajas y no dejan llevar queso si no es facturado así que cuidadín con los souvenirs que os pueden salir caros.
Marsella es una ciudad caótica, sorprendentemente la segunda más grande de Francia y este año celebra la Capitalidad Cultural Europea con lo que tiene un sin fin de eventos. Sin embargo no es oro todo lo que reduce. Mi amiguito de viaje comentaba todo el rato que "les había pillado el toro con las obras" y es verdad, la ciudad está manga por hombro. A mí lo que más me llamó la atención es que a 25 de enero estuvieran puestas todavía las luces de navidad, amiguitos; Noël est passé!.
Marsella es ciudad portuaria, es bonito ver los barcos anclados en el puerto, por la mañana hay mercado de pescado muy fresco y en los restaurantes de la zona se puede comer la comida típica de la región, Bouillabaisse una especie de cocido con todo pero de pescado y marisco, fuertecito el plato. Al postre, unos ricos calissons que son parecidos a los mazapanes pero más ricos y un licorcito llamado Ricard.
No hay un único centro en Marsella, la ciudad urbanísiticamente es rara pero stá bien comunicada por red de tranvía, buses y dos líneas de metro y a patita se llega a casi todas partes. Yo solo conocía la ciudad por las pelis de Robert Guédiguian así que la pateeé bastante. La parte más bonica y la más antigua es la del barrio de Le Panier que culmina en la catedral bizantina donde estoy en la foto :) es un barrio de callecitas estrechas y talleres de artistas. Hay bastante arte urbano en su paredes y tiendas de souvenirs de jabones olorosos. No hay casi bares y la gente se acuesta temprano. Las dos zonas con más ambientillo son esta de Le Panier y otra más multicultural cerca del barrio árabe que da algo de miedito de noche. Detrás de la estación de Saint Charles se encuentra uno de los espacios más atractivos de la ciudad, La Friche de Belle-Mai .
Lo mejor si no quieres gastar mucho dinero y también por que insisto carece de diversidad hostelera es vivir cerca de un Carrefour que además abren hasta tarde. Si vais varios días aconsejo una excursión a la vecina villa de Paul Cézanne, Aix de Provence son 25' desde el cercanias y es preciosa. Una pequeña ciudad monumental, típica de la provenza que recuerda más a la Toscana que a la propia Francia. Aix de Provence es un sitio pijísimo, universitario, con gente guapa y tiendas de marca, muy alejada de Marsella pese a estar fisicamente tan cerca. Tuve suerte por además en el Palacio de Les Bouches du Rhône pude ver una expo de mi querida Agnes Vardà. Ya de vuelta a Marsella, visita obligada a La Unidad Habitacional de Le Corbusier un locurón de edificio de viviendas levantado en la década de los 50 que continúo en uso y es visitable por el turista pr que en su 3ªplanta tiene un hotel de lo más yeyé. Lo último el pulgar de César, el más famoso de los artistas locales, no os dejará indiferente.
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